sábado, 1 de abril de 2006

Gabriela Arguedas

Este hombre saca de su manga
toda la música
se instala en mi escondite
con su piel y su arrebato
deshilacha despacio
cada razón que le lanzo
para que desista
no se rinde
no se va
y cada segundo que pasa
me asusta más
lo bien que se siente
su olor en mi falda


Gabriela Arguedas (Costa Rica, 1972)
Editó Malos hábitos, Ediciones Perro Azul, San José, 2003.

Natalia González

Y acá estoy
consternada
sentada a la mesa de los buenos modales
con un gran pan
con poco vino
atada de una pata
flácida
cuajada
y con ganas de orinar.


Natalia González (1981, Argentina)

Jorge Córdoba

ENSEÑA CÓMO LEER LA ESCUELA DE FRANKFORT Y SUS ÍNTIMAS TENSIONES


Luego de lo que pasó en Auschwitz es cosa barbárica escribir un poema.
Theodor Adorno


adorno
era incapaz
de observar cuánto
crece un cabello
en unas horas

esa continuidad fáctica
más allá de la muerte
es una contradicción
menos infame
que un poema


Jorge Córdoba (1965, Argentina)

R.S.

No acaso descubrí hay qe ocasiones
en qe puedo no qe amar más la mano qe escribe
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm mmdesordenada
i perpleja bajo sus afirmaciones/ flaqezas
ciclopeas como blanda mano/
maniqea copa de mí
mmmmmmmmmmmmcayendo

También hame horadado el paladar la flaca ternura/
la negra ternura/ la ansiedad de tenerla no tenerla/
de vivo estuve estoy/ de lleno estuve estoy/ manos llenas
de rutas imprecisas/ de vagas perduraciones/
insistencias recíprocas a la muerte


R. S. (1978, Argentina)

César Fazzio


La memoria. 2004.
Técnica mixta sobre papel (mixtura entre pintura y grabado)

0,80 x 1,00 mts
César Fazzio (1974, Argentina)

Jorge Luis Peralta

el mar del otro
(fragmentos)


6


ciudad sobre ciudad
has ido abriendo las palabras
muertes nombran
ojos alejados, de la fría sombra
salen días mudos

la calle es un sueño

no se levantará de estas
gastadas veredas
una presencia, un resto
de forma de alguien

soledad sobre soledad
se construye lo único,
lo posible que se tiene


Jorge Luis Peralta (1982, Argentina)
Publicó La protección, Protocultura Editores, Mendoza, 2004.

Diego Arrieta



Tempestad. 2004
Técnica mixta sobre tela.

1,30 x 1,70 mts.

Diego Arrieta (1981, Argentina)

Paola Calderón

Pregunta 1: ¿Se puede hacer poesía con el agujero de la garganta que traen las malas noticias? ¿Podría ser lírico ese segundo en el que se cobra consciencia de ser, la epifanía de saberse prisionero de un cuerpo?
Notar que se puede lastimar, que por dentro sangra tanto como por fuera, que el diccionario y la lengua pueden matar.

Pregunta 2: ¿Podría yo encontrar una lengua, una forma, que revele la mía?
No creo que pueda. Hoy por lo menos.
Lo que pueda decir,
las palabras que encuentro para decir
que basta,
que esta noche dormiré unívocamente,
que de tu boca anoche salieron balas,
que the end.
Esas palabras ahora suenan demasiado a fatalidad,
a diva, a sábanas de seda y corte de venas... a forzada cursilería.



Paola Calderón (1977, Argentina)

DOSSIER: Jorge Luis Borges

PRÓLOGO DE J. L. BORGES AL
ÍNDICE DE LA NUEVA POESÍA AMERICANA
(fragmento del editado en nuestra edición en papel)

Un antiquísimo cuento de cuyo nombre no quiero acordarme (es de Cervantes ese festejado melindre y se lo devuelvo enseguida) cuenta que en los principios de la era cristiana salió del mar una gran voz, un evangelio primitivo y final, y anunció a la gentilidad que el dios Pan había muerto. Tanto me gusta suponer que las cosas elementales participan en las del alma y son sus chasques o lenguaraces o nuncios, que hoy querría hablarles a todos con la voz salobre del mar y la incansable de los ríos y la enterrada de los pozos y la extática de los charcos, para decirles que se gastó el rubenismo ¡al fin, gracias a Dios! (....)
Desde mil novecientos veintidós –la fecha es tanteadora: se trata de una situación de conciencia que ha ido definiéndose poco a poco- todo eso ha caducado. La verdad poetizable ya no está sólo allende el mar. No es difícil ni huraña: está en la queja de la canilla del patio y en el Lacroze que rezonga una esquina, y en el clamor de la cigarrería frente a la noche callejera. (....)
Las dos alas de esta poesía (ultraísmo, simplismo: el rótulo es lo de menos) son el verso suelto y la imagen. La rima es aleatoria. Ya don Francisco de Quevedo se burló de ella por la esclavitud que impone al poeta; ya otro más ponderoso Quevedo, Milton el puritano, la tachó de invención de una era bárbara y se jactó de haber devuelto al verso su libertad antigua emancipándole de la moderna sujeción de rimar ("modern bondage of riming"). Estas ilustres opiniones las saco a relucir, para que nuestro desdén de la rima no se juzgue a puro capricho y a torpeza de mozos. (...)

De Índice de la Nueva
Poesía Americana. Buenos Aires,
Sociedad de Publicaciones El Inca, 1926.